El desconocido origen de las empanadas

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El origen de las empanadas se lo disputan muchos países y teorías. ¿Cuál es la que preferimos en Mimmar?

Las empanadillas argentinas o uruguayas, las «crestes» catalanas o la empanada gallega, los dumplings orientales o las gyozas japonesas, los fatayers árabes o los böreck turcos, las samosas hindúes, el lajmayin judío, las casadielles asturianas, las truchas de Salamanca, los borrachuelos canarios… De carne, de pescado, de verduras, saladas, dulces, fritas, al vapor o al horno, de masa tipo brick, de harina de maíz o de trigo… Las empanadas, empanadillas o «crestes» están presentes en todo el mundo de mil y una variedad (y con mil y un nombres). De hecho, es uno de estos platos de la gastronomía mundial cuyo origen se lo disputan más de un país y muchas más de una teoría. Por eso, para ser más cuidadosos al hablar del origen de estos sabrosos bocados de comida, nos tendríamos que perder en los «túneles» del tiempo.

En Mimmar nos gusta recordar que las nuestras son de aquí, de sabores reconocibles, de las cocinas de las madres, tías o abuelas. Pero también nos gusta mirar más allá y saber de dónde venimos, conocer nuestros antepasados. Por este motivo, queremos dedicar estas líneas a explicarte lo que sabemos del desconocido origen de las empanadas. Vemos algunas teorías.

  • Según el origen etimológico de la palabra “empanada”, debemos saber que proviene de la palabra “empanar”, que quiere decir meter algo dentro de un pan o masa y meterlo en el horno. Así pues, la historia de las empanadas podría venir del origen del pan fermentado.

  • Los historiadores de la coquinaria datan como las primeras menciones “literarias” de las empanadas en el año 1324, cuando se escribió el recetario “Sent Soví”. Algunas de estas recetas se reinterpretaron más tarde, en el 1520, cuando se editó el “Libre de Coch”, un recetario publicado en Barcelona por Ruperto de Nola. En este último se mencionaban unas empanadas rellenas de atún, anguilas, tortilla y otros pescados.

  • Se cree que las empanadas ya están presentes a la cocina de la Península Ibérica desde el siglo XIII. De hecho, al Pórtico de la Gloria, de la Catedral de Santiago de Compostela (que data del 1188-1211), hay representada una empanada esculpida en piedra.

  • Pero si miramos mucho más antes, se dice que la primera empanada se originó en Persia muchos siglos antes de Cristo. Y que de allá pasó al resto de países.

  • Otras teorías aseguran que fueron los griegos sus inventores, y que de la antigua Grecia fue pasando a Armenia, a Marruecos y al resto de Medio Oriente, inspirando a Italia a su original calzone y después de la mano de los musulmanes llegó a la Península Ibérica, de donde partieron hacia el Nuevo Mundo.

Lo cierto es que a nosotros nos gusta pensar que las empanadas se originaron de forma casi coetánea en muchos y dispersos lugares del mundo, fruto del ingenio de alguna cocinera que quería preparar comer por algún viajero o peregrino o para los pastores que pasaban largas temporadas fuera de casa. Al fin y al cabo, era la manera más práctica para transportar y conservar carnes o vegetales, envueltas en una masa parecida a la del pan. Con el paso del tiempo, aquella masa rellena de comida se acabó cociendo y cogiendo la forma con la que hoy conocemos las populares empanadas (o empanadillas).

Pero cuando se habla de empanadas no se puede hablar de una única receta, ¡ni mucho menos! Hay tantas variedades como se puedan imaginar. Rellenas de ingredientes dulces o salados, de carne, pescado o vegetales. Y si hablamos de la masa, la variedad tampoco es poca. Solo en el España encontramos muchas versiones, desde las «crestes» catalanas, o las «ormatjades» de los Países Catalanes, a la empanada gallega, de atún, lamprea, anguila, vieiras o almejas, sin olvidar el hornazo de Salamanca, o la empanada de batallón del Bierzo.

Porque a lo largo de la historia las cocineras y cocineros han sabido adaptarlas a los ingredientes que tenían más a mano, a los gustos y preferencias. Solo hay que echar un vistazo a nuestros tiempos, donde las hemos convertido en las reinas del «street food», en bocados sabrosos y que siempre apetecen. Como las que encontrarás en Mimmar. ¿Todavía no las has probado?